viernes, 18 de abril de 2014

Talleres de huerto y cocina escolar con el colegio ikastetxea La Inmaculada de Abetxuko el 16 de abril de 2014

Nota inicial: 
Con mucha pena por mi parte no pude estar presente en este evento, parte de la mañana en urgencias debido a una caída y según el parte facultativo tengo una rotura de fibras en el quadriceps del muslo izquierdo, lo que me produce bastante dolor, no puedo andar bien etc. etc, lo malo según el galeno, la cosa puede durar más de lo que yo desease.

Lo que publico lo he recibido del Presidente del Convivium de Slow Food Araba-Álava 

Para Slow Food una de las palabras clave en su intento de transmitir una nueva manera de concebir una alimentación responsable y sostenible es LA EDUCACIÓN. No existe cambio, en los comportamientos o en la cultura, si no se acepta el compromiso educativo como parte integrante de él, «educar significa crear futuro». 

Estamos, conscientemente o no, expuestos de continuo a la influencia educativa de alguien o de algo. Pero es igualmente innegable que existen elementos más potentes que otros, y existen sobre todo protagonistas de la educación que no declaran sus intenciones. Aún hoy el sistema-mercado es un potente responsable de educación, pero los contenidos de esa educación, los mensajes que difunde, no están en sintonía con nuestra idea de un mundo en el que los derechos de los que hablamos, en particular el derecho a un alimento bueno, limpio y justo para todos, estén garantizados.
Creemos que el protagonista más importante, es la escuela, pero hay que admitir que el mismo sistema de enseñanza está necesitado de un
proceso de revolución antes de poder devenir en el cambio que invocamos y que camina en la dirección de la justicia y del bienestar universal. 
 La experiencia de los Laboratorios del Gusto antes, y de los huertos escolares después, unida a la cantidad de citas didácticas que hemos creado a lo largo de los años y a la incesante actividad editorial de nuestra asociación, nos ha permitido convertirnos en un punto de referencia para la didáctica conectada a los temas del gusto, del medio ambiente y de lo agroalimentario.
Hemos de garantizar a los jóvenes los instrumentos necesarios para practicar lo que sostenemos y aquello por lo que trabajamos. Las futuras generaciones son nuestra más grande inversión, y deben poder ubicar el alimento en el centro de sus vidas, deben poder regresar a la tierra con plena conciencia de cuan importante es cultivar o ser coproductores
 Por otro lado la dieta actual de los niños europeos produce efectos nocivos en su salud y es objeto de grandes preocupaciones. Europa está afrontando una epidemia de obesidad: la mitad de su población adulta y el 20% de los niños tienen sobrepeso, y el número de niños obesos aumenta en 400.000 unidades cada año. La nutrición excesiva parece que agrava algunas enfermedades muy comunes como la diabetes, el cáncer y las cardiopatías.
La malnutrición infantil se ha duplicado y la anemia entre los niños en edad preescolar representa un nuevo desafío a afrontar en Europa. En otros países, sobre todo en la Europa del Este se ven afectados por una alimentación insuficiente y la obesidad.
El sistema alimentario moderno influencia los modelos de consumo, produciendo, por ejemplo, un más alto consumo de platos preparados y una
mayor asistencia a las cadenas de fast food. La globalización reduce drásticamente la posibilidad de aprovisionarse de alimentos locales, y la velocidad de nuestra vida impide un conocimiento más profundo del mundo que nos rodea.
 Desafortunadamente, esta tendencia parece aumentar en las jóvenes generaciones, entre las cuales el consumo de alimentos poco saludables y la reducción de la actividad física son tendencias cada vez más recurrentes. Los jóvenes, además, corren el riesgo de perder el contacto con el campo y las estaciones del año, y de no comprender el significado real del acto de comer.
La alimentación buena significa placer y una mejor calidad de vida para nuestras sociedades. Por eso, las instituciones y las escuelas tienen una doble responsabilidad en la tarea de mejorar los hábitos alimentarios: suministrar educación alimentaria y del gusto a los jóvenes europeos y sostener la agricultura de pequeña escala. Slow Food considera que sólo un enfoque integrado, que incluya a todos los sectores relevantes de la cadena (agricultura, planificación urbana, educación), será eficaz para mejorar y restablecer un equilibrio más sano
 En este marco y asumiendo la citada realidad Slow Food se implica e intenta trasmitir valores que considera imprescindibles en nuestra sociedad. Dentro de esta línea el pasado 16 de abril, en el Colegio-Ikastetxea la Inmaculada se realizaron una serie de talleres de cocina y huerto por el que pasaron más de una centena de jóvenes entre 12 y 14 años; en los mismos se puso en práctica la siembra y plantación de huertos, se habló de alimentación saludable y como no se cocinaron dos platos con los productos de su huerto escolar, en esta ocasión se elaboraron hamburguesas de legumbres y verduras ecológicas acompañadas de una fresca ensalada del huerto que convirtieron la mañana en una didáctica jornada donde todos aprendieron disfrutando. El comentario del equipo de voluntari@s de Slow Food (Gaspar, Iñaki, Mª Feli, Claudio y Maite) coincidían en la inquietud, curiosidad y sobre todo la responsabilidad demostrada por los alumn@s ante temas que no hace tiempo podrían considerarse banales. Una buena señal que augura la mejora en nuestra alimentación y conservación de nuestro planeta.
 Receta de las hamburguesas ecológicas de legumbre y verduras: 
 Pon a calentar el agua en la olla rápida, cuando rompa a hervir añade las alubias un un pizca de Sal de Añana. Quita el agua, y tritura hasta conseguir una masa compacta, se puede ir añadiendo agua.
Para la salsa, pon un chorrito de aceite de Rioja Alavesa en una cazuela y añade ajos laminados y pimientos bien picaditos. Agrega un chorro de vino blanco y una pizca de sal de Salinas. Cocina durante 15 minutos aproximadamente. Tritura con la batidora eléctrica y reserva.
Pica finamente la cebolleta, los pimientos, los tomates y los ajos y ponlos a pochar, mezcla con el puré de alubias. Añade una pizca de levadura. Una vez bien mezclado, deja reposar unos minutos. Cuando la masa ya ha reposado lo suficiente, prepara a mano las hamburguesas. Rebózalas en harina y huevo batido. Fríe las hamburguesas en una sartén con abundante aceite caliente, retíralas con una espumadera y déjalas escurrir sobre papel absorbente. En un bol, coloca las lechugas variadas, y condiméntalas con sal, vinagre y aceite de Rioja Alavesa. Sirve las hamburguesas acompañadas de la ensalada y ligeramente bañadas con la salsa.
Vitoria-Gasteiz a 17 de abril de 2013

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