jueves, 9 de mayo de 2013

Casa Mercè en Fontdepou es visitado por Slow Food Convivium Araba-Alava


EL grupo de Slow Food del Convivium Araba-Álava con el matrimonio Pamies y miembros de Slow Food de Terras de Lleida visitamos el restaurante casa Mercé en cuyas cocinas opera la Señora Mercè Comins y en la sala el Sr. Josep Mercè.

Vista del edificio de Casa Mercè y del restaurante.
Estas fotos son las que la casa tiene publicadas en su blog. El comedor es cómodo y para invierno a parte de la correspondiente calefacción por radiadores, tiene una hogareña chimenea. 
En la bajada a la bodega se pueden ver una colección de antiguos aparatos de radio, sifones, marmitas, etc.

Todos acomodados en un acogedor comedor el Sr. Pamies dijo unas palabras sobre esta casa, en la que se oficia producto de temporada, mucho de los cuales son de producción propia o de los aledaños, siendo su cocina totalmente casera. 
El Presidente del Convivium de Slow Food Araba-Álava aparte de agradecer todas las atenciones que íbamos recibiendo,
hizo entrega de una placa de conmemoración de nuestra visita a Slow Food Terres de Lleida, como su presidente no pudo estar, se hizo entrega del mismo a la Señora Pamies, para que se la hiciera llegar. 
Terminados los preámbulos protocolarios comenzamos con la ingesta de las gollerías que nos tenían preparadas.
Comenzamos con unos arenques con huevas de arenque y vinagreta de miel.
La vinagreta la oficia la Sra. Mercè con vinagre blanco, miel del Montsec (producción propia) y AOVE, como toque floral Flor de Pensamiento y una ramita de ficoide glacial. Comenzaba bien la comida.
Continuamos con unos caracoles a la gormanda, ya explicados cómo se ofician en la entrada de la sociedad gastronómica Lo Tall tal vez esta preparación y para mi gusto estaba un poco escasa de aromáticas, pero ya se sabe cada oficiante tienen sus puntos de aliño, cocción, que por cierto estos estaban mejor cocidos, en definitiva unos caracoles muy logrados.
A continuación tomamos estas bolsas Judas rellenas de espinacas y pasas.
A continuación unas flores de calabacín rellenas de setas y mató, ya saben un queso fresco, por aquí a este tipo de queso le llamamos requesón, aunque hay sutiles diferencias de unos a otros, como siempre dependiendo del oficiante.
Un paté de montaña de cerdo y pato con unas bolitas de enebro, hizo las delicias de los comensales. El toque del enebro (sabor ginebra) le da un toque muy especial y agradable.
A continuación vino un arroz meloso con setas (Mocosa Suillus granulatus, S. luteus), queso parmesano y lascas de Foie. Una combinación, así como la cochura excelente.
Como remate vino un fricandó con una salsa a base de tomate, ajo, perejil, 
Llegados los postres comenzamos con unas almendras caramelizadas y otras simplemente tostadas. Por supuesto de la tierra.
Una torta de Mató fue muy alabada, se parecía mucho a la tarta de queso que oficiamos en casa.
Como remate unos helados de la casa. Estos helados se ve que son artesanales, sin utilización de ningún producto para evitar granulosidades, ni el uso de máquinas modernas, tal vez a algunos no gusten este tipo de textura, a mí me encanta y que decir de los sabores, de violetas, fresa, miel y del cuarto no me acuerdo.
Terminada la comida la cocinera fue felicitada efusivamente y por parte del grupo fue obsequiada con un libro sobre la gastronomía alavesa y otros detalles.
Antes de abandonar Casa Mercè visitamos la bodega y almacén de las confituras y conservas que se realizan en esta casa para su posterior utilización en cocina. El Sr. Josep Mercè
explicándonos detalles y maneras de como ofician sus conservas.
 Carta del restaurante, no muy extensa, pero si con producto de la tierra y de temporada. Me recomendó Dolorss de Balaguer que no dejara de probar el conejo que se oficia en esta casa, me dijo que es muy difícil superar esta preparacion tal como la oficia la Sr. Mercè. Desafortunadamente no lo caté, ya que íbamos a tomar un menú sorpresa a gusto de la cocinera de la casa, otra vez será. 
Como la paisaje de la zona es de mucha belleza y estamos cerca de la cadena montañosa del Montsec, fuimos a la cima en un lugar que las vistas son magníficas a dos valles, desde esta altura se ven los Pirineos y entre sus montes se pudo ver vagamente el pico Aneto, el tiempo estaba algo nublado, pero se veían muy bien las cumbres nevadas de los Pirineos.
Contábamos entre los acompañantes Leridanos con un geólogo que nos dio una charla muy documentada sobre la formación geológica de esta zona de Lleida.
Esta zona de la montaña es muy visitada por deportistas que utilizan el Parapente para sus vuelos.
Terminada nuestra visita al Montsec, volvimos para para Balaguer que llegamos justo a la hora que teníamos programada para cenar en plan de picoteo en el “restaurante Cº Casa Casso”.
La visita irá en la siguiente entrada.
Gracias a la Señora Mercè Comins y al Sr. Josep Mercè, por el agradable trato, excelente comida que degustamos en su casa.

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