miércoles, 9 de noviembre de 2011

VI Jornadas culturales en defensa del patrimonio alimentario y Gastronómico. Quinto día

Comenzó esta 5ª jornada con la bienvenida a los asistentes a la misma por parte del Chef Luis Ángel Plágaro, hizo un panegírico de Slow Food y pasó a presentar a los cocineros que iban a ser los oficiantes de esta 5ª cena de la VI Jornadas culturales en defensa del patrimonio alimentario y gastronómico, que no iban a ser otros que 3 profesores de la Escuela de Hostelería de Mendizorrotza.
Estos profesores María Contreras, Aitor Basterra y Txema Fernández, fueron los artífices de esta exitosa jornada.
La sala de demostraciones de la escuela de hostelería, donde se celebran las jornadas, estuvo casi al completo.
Estos chef/profesores presentaron un menú degustación de 5 platos y un postre.
Comenzando este festival de platos con un Bocadillito de brie & Gazpacho de cerezas negaras con yogurt.
El bocadillito estaba formado con un trozo de queso brie cerrado en pan laminado que también contenía en su interior un poco de cebolla frita y  anchoílla en aceite, horneado a última hora para que la envolvente estuviera totalmente crujiente y el queso ligeramente fundido, atemperado.
El gazpacho a parte de las cerezas negras (congeladas) tenía también entre sus ingredientes, tomate, etc. y una crema de yogur.
Puzzle con diferentes fases de su preparación.
Tanto el bocadillito como el gazpacho muy buenos. El bocadillito estaba muy crujiente y con un delicado sabor al queso brie, en cuanto al gazpacho, resaltaba más el sabor al tomate que el de la cereza, la cosa es normal, en crudo unas cerezas congeladas no trasmiten todos sus aromas y sabores. 
La lasaña de anchoas, queso fresco y escalibada de verduras vino después de este primer introito.
El plato estaba formado por una escalivada de verduras, unas anchoas de dos tipos, unas marinadas y otras en aceite, también utilizaron aguacate, aceituna negra, queso, mahonesa de piquillos, como nota de colorido remataba el plato unos brotes vegetales. Las capas de la lasaña estaban separadas por pasta wonton.
Puzzle con las fases de la preparación.
Aspecto de cómo llegó al comensal  esta lasaña, la verdad que la conjunción de sabores fue perfecta y un divertimento para los sentidos.
A este plato acompañó un pan de aceitunas, horneado en el aula de panadería de la escuela.
La crema de pochas con berza y pulpo asado vino a continuación.
Las pochas, como indicó Aitor, eran congeladas y no tiene más misterio su preparación que hacer unas pochas con berza y un salteado de verduras, (cebolla, zanahoria y pimiento), al tritur se le añade aceite de oliva virgen extra.
El pulpo después de cocido lo marcan en la plancha.
Diferentes fases del montaje de este plato.
Aspecto de cómo fue sacado el plato a la mesa con un poco de aceite de trufa y pimentón, la ramita herbácea daba su nota de color. Suave, fino y delicado fue este plato.
A este plato acompaño un plan de viena, así mismo de la panadería de la escuela.
La cuarta presentación fue un Lomo de merluza rustido en arroz cremoso de guisantes y berberechos.
La merluza se marca en la plancha y se termina de ponerla a punto en el horno.
La crema de guisantes después de cocidos los pasan por hielo para fijar la clorofila,  y con el agua de cocción y un poco de maicena dan textura a la crema.
Unos guisantes los traían enteros y repelados para acompañar
El arroz, que lo traían preparado, es decir lo cocieron a la mañana, no lo refrescaron y cortaron la cocción en la abatidora.
La guarnición también llevaba unos berberechos, que justo se abren y a última hora se añade, para no cocerlos mucho.
Con el agua de los berberechos se reduce y sirve para dar a la salsa el toque de mar.
Al plato también acompañaba salicornia, que como se sabe, esta alga es muy jugosa, de salinidad alta y muy crujiente.
Diferentes fases de la preparación del plato.
En este puzzle el montaje del plato.
El conjunto del plato, como se puede ver, ha quedado para nota alta.
También acompañaba al plato un crujiente de yuca, que explicaron la forma de hacerla, entre dos laminas se pone la yuca, cortadas muy finas, se pone un poco de azafrán y perifollo y se seca al horno sobre silplats engrasados.
Para esta preparación el pan que maridó fue de cebolla. La  cebolla se fríe en aceite de oliva virgen antes de incorporarla a la masa. Otro pan horneado de la Escuela.
El plato que cerraba las delicias culinarias anteriores fue Presa ibérica asada al punto rosa con terrina de patata y bacón con salsa chimichurri.
La presa se asó en su grasa y solamente se salpimentó.
A la presa acompañaban unos cogollos marcados a la plancha y cebolleta así mismo marcada.
Al plato también acompañaba una terrina de patata con bacón y un ligero toque de queso.
Diferentes fases del montaje del plato.
Aspecto del plato ante el comensal. Este plato no desplegó todas sus virtudes ya que salió un poco frío, cosa que hay que disculpar, los cortes de carne, el emplatado, etc, etc, al momento y para 20 comensales no es muy sencillo y menos cuando en la cocina no tenían lámparas para el mantenimiento de la temperatura de los platos. No obstante el plato mereció la pena.
La salsa chimichurri que acompañaba a la presa ibérica tenía el toque personal del Chef, esta salsa tiene un ligero picor, algo de acidez que se la da unas gotas de vinagre, etc.
A este plato acompaño una chapata de semillas.
El plato dulce que vino a cerrar esta cena era un Sorbete de leche de oveja, reineta asada al romero y espuma de caramelo.
Diferentes pasos del montaje de este soberbio postre.
El crujiente de pan que se puede ver, es un pan almibarado con miel y especias y luego desecado al horno. La cristalización de este crujiente de pan fue perfecta y maridó perfectamente con el resto del postre.
La combinación compota de manzana reineta con romero (en el fondo), el sorbete de leche de oveja, que después de helada la maquina PacoJet se encargó de darle la cremosidad, así que este sorbete no era más que leche y en la parte de arriba teníamos la espuma de tofe, con ligeros toques de café y canela.
Un postre muy agradable, nada pesado, tiene muy poca azúcar y con una textura en boca perfecta.
De los vinos que acompañaron a cada plato no os puedo comentar nada ya que no los caté, aunque oí más de un elogio para cada caldo.
El chef Aitor dándonos explicaciones al final de la cena,
y para que vean lo apañados que son estos chichos, aspecto de la cocina después de la cena, todo limpio y reluciente.
Otro éxito de estas jornadas de la mano de estos tres expertos Chef/Profesores que hicieron que pasáramos una buena velada.
Esta noche toca el cierre de las jornadas y a esperar al año que viene, ya que las jornadas ya se están consolidando y tomando carta de naturaleza en la ciudad.

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