viernes, 19 de junio de 2009

Miembros de Slow Food, Convivium Araba-Alava visitan Olivares y trujales de Moreda de Álava

Una vez terminado el laboratorio del gusto y dejar el lugar tal como lo habíamos encontrado, sin vestigios de que allí había estado mucha gente, sin verse un papel, un plástico o cosas por el estilo por doquier.
Ya se acercaba la hora de comer, así que nos dirigimos al choco que tiene en su casa nuestro amigo Luís Bujanda.
Mientras unos ponían la mesa, otros arreglaban una ensalada y el resto se ocupaban en encender el fuego con sarmientos para asar unas chuletas de cordero.
Aquí el Chef Juanjo Martínez de Viñaspre encendiendo los sarmientos. Estaba el día como para hacer fuegos, que calor pasaron haciendo las chuletillas al sarmiento.


Los sarmientos en plena combustión y encima de ellos las parrillas para quemarlas.
 José Luís aplanado y extendiendo las brasas.
 Una parrilla cargada de chuletas a falta de la sal y cierre de la parrilla.Ya no saqué más fotografías pues el día estaba como para sentarse debajo de una higuera y no hacer nada, ¡Vaya calor que hizo el sábado 13 de Junio!
 Habíamos concertado una visita para las seis y media de la tarde con el Presidente del Trujal de Moreda Sr. Eraso para visitar la instalación.
Aquí tenemos un moledero de piedras cónicas, antaño se llamaban rulas y la base solera. Tanto rulas como solera eran de piedra granítica o basáltica.
 A la tolva del molino subían las aceitunas por medio de un elevador, una parte del mismo la podéis ver en esta fotografía. Son piezas, esta está rota, de la antigua maquinaria de este trujal.
 Estos “bidones” creo recordar que nos dijo nuestro cicerone que eran unos batidores, donde la masa completa su rotura y deja en libertad nuevas vesículas de aceite.
 Una antigua bomba hidráulica de tres cuerpos que proporcionaba la presión suficiente para que la prensa accione sobre los capachos.

Los capachos se cargan de la pasta de aceituna y por la presión accionada sobre ellos el Oro líquido va saliendo poco a poco y va pasando

 A los tanque de decantación. Estos son una batería de 4 tanques con el rebosadero en la parte alta, por lo que el aceite va pasando de uno a otro y en el último se recibe el aceite libre de alpechín, este se puede drenar por la parte baja del tanque. Lo que se ve encima de los tanques no forma parte de los mismos.
 Las instalaciones modernas que tiene hoy en día este trujal es moderno y automático. Con controles electrónicos

Y diagramas en los que se puede seguir todo el proceso de obtención de aceite de oliva. 

Los tanques de almacenamiento son de acero inoxidable. En el centro el Sr. Eraso dándonos las explicaciones que nosotros atentamente seguíamos.

 A la noche, después de dar unas vueltas por Oyón, donde íbamos a pernoctar, cenamos bien en un restaurante de la localidad llamado La Cueva
Al día siguiente, 14 de junio, y a la hora, todos estábamos listos para ir subiendo al “Descapotable”,
Poco a poco nos fuimos acomodando, l@s más “valientes” fueron primeros en el embarque.
 Todos ya acomodados arrancó el vehiculo y empezamos a recorrer viñedos y pequeños olivares. Muchas risas se hicieron durante el viaje.
 Antiguamente esto había sido un campo de cereal que ha sido absorbido por las viñas.
 Luís Bujanda nos iba explicando la historia de los campos de esta zona desde que estuvieron los romanos, como bien nos dijo, los romanos haya donde iban llevaban tres cultivos mayoritarios, olivo, viña y cereal, que eran el triunvirato agrícola, así que esta zona ha vivido por siglos de estos tres productos.
Antes del año cuarenta del siglo pasado el olivo era una parte importante de la economía de Moreda.
Posteriormente el “Aceite de Oliva” según los gobernantes de turno era “insano” y había que tomar grasa de SOJA mucho “más sano” decían y así creció el consumo de soja. ¡Menudos negocios que se debieron de hacer los especuladores, por supuesto no los agricultores! El consumo de aceite de oliva decayó bastante y el olivo de pequeñas extensiones como las de Moreda no eran rentables y empezaron a arrancar olivos centenarios y en su lugar campos de cereal que era lo que daba rentabilidad, esto sucedía a mediados del siglo XX. El cereal fue dando paso en años posteriores a los viñedos en el último cuarto del mismo siglo.
Antes de la concentración parcelaria había trujales prácticamente en todos los pueblos de la zona.
Solo quedaron los olivares de los peores sitios donde prácticamente el acceso era difícil o aquellos que sus propietarios emigraron a la ciudad.
Los olivares que quedaron eran para auto consumo.
La Asociación del Olivo de Rioja Alavesa (Adora), un colectivo empeñado desde hace ahora seis años en recuperar tradición aceitunera de la comarca.
La superficie de olivar ha pasado de doscientas a trescientas hectáreas en muy poco tiempo y el objetivo es llegar a las quinientas para 2014. ¿Con qué objetivo? «Lograr un rendimiento económico. El aceite se producía sólo para el autoconsumo familiar. Lo que ahora se pretende es sacar una rentabilidad, además de obtener unos beneficios medioambientales porque la plantación de árboles aumenta la biodiversidad y permite luchar contra la erosión.
 Se visitaron unos cuantos olivares, con no muchos árboles, pero si bien cuidados y en plena floración.
También se pasó por olivares abandonados, donde el terreno estaba muy sucio de hierbas y matojos. Una cosa curiosa es que estos olivares abandonados tenias la hoja de un verde oscuro, muy bonito, pero sin una flor. Según nos comento nuestro guía que el color de la hoja se debía a un hongo que va asociado a los excrementos de un insecto.
También se notan los olivos abandonados por que tienden a formar una bola con su ramaje.
La variedad Arroniz es un olivo bastante rustico, esta zona es la frontera entre el clima mediterráneo y el atlántico. Esta zona es de inviernos son duros y por lo tanto es más difícil obtener frutos. Pero esta variedad de olivo florece antes y madura pronto, no da tanta cantidad como otras variedades de olivos.
La variedad arbequina por ejemplo en tres años empieza a dar olivas y a los 5 en plena producción. La arroniz tarda más en dar los primeros frutos y unos años más para dar plena producción.
 Hicimos una parada para tomar un trago, sidra asturiana y una tapa de chorizo. En la foto, Gaspar escanciando unos culines, bajo la atenta mirada del resto
 Elena se animó y también emuló a Gaspar escanciando unos culines
 Se cortaron unas ristras de chorizo y con unos trozos de pan fueron calmando nuestro estomago.

En el lugar que paramos, era la parte alta de la zona y muy apta para contemplar el paisaje.
Fue una excursión muy bonita y didáctica, ya que con un buen guía, entusiasta agricultor de la zona, que ya empieza con inquietudes serias, sobre la transformación de los métodos de cultivo para que sean menos agresivos con la naturaleza, nos dijo que en sus campos esta dejando de utilizar herbicidas y otras químicas, aunque todavía no esta inmerso totalmente en los cultivos ecológicos ya que hay que ir paso a paso y estudiando resultados. Pues como decía con un buen guía uno ve los problemas, las dificultades, la dedicación, inclusive los costes, que tienen para sacar al mercado un producto de alta calidad como es el aceite de oliva virgen extra de Moreda de Álava y por extensión el de Rioja Alavesa.

A nuestra vuelta al punto de origen ya era hora de ir a la localidad de Labraza ya que habíamos quedado con el poeta local D. Urbano Requibatiz.
Esto irá en el siguiente comunicado

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